Seguro que has visto en alguno de esos programas de casas estupendas algún ejemplo de vivienda mínima. A menudo, el propietario muestra orgulloso sus 30 metros cuadrados magníficamente aprovechados. No faltan objetos de diseño y artilugios de todo tipo pensados para dar funcionalidad. Pero… ¿realmente es oro todo lo que reluce?
Todo esto es muy bonito, y en los tiempos que corren, con los alquileres y los precios por las nubes, también muy tentador. Pero si has visto un piso de estas características y estás pensando en lanzarte a la piscina, espera. Lee lo que te contamos hoy porque te ayudará a decidir si realmente una casa así es lo que necesitas. Hay mucho de qué hablar sobre cómo reformar una casa pequeña para sacarle partido. Y también sobre las mentiras que vemos en la tele.
Nosotros nos hemos enfrentado a más de una reforma de este tipo y, créeme, le hemos dado más vueltas que a casas enormes con muchas posibilidades de distribución.
Hay cosas irrenunciables y absolutamente necesarias: un baño independiente, una cocina equipada, una zona de descanso de día y una cama para dormir.
¿Puede todo eso encajar en 30 metros cuadrados? Sí. Y en menos, si me apuras. A continuación, te contamos algunas claves para conseguirlo sin tener que recurrir a tabiques móviles y camas escamoteables.
1. Aprovecha el baño.
Tiene que ser funcional, con una ducha, un inodoro y un mueble con almacenamiento y lavabo. Dentro de eso, distribuirlo bien es la clave para no desperdiciar metros cuadrados. Evita generar recovecos y, si no puedes, aprovéchalos para almacenamiento con estanterías, hornacinas o armarios empotrados. Como probablemente harás los tabiques desde cero, ajusta las dimensiones del baño a las de las piezas que va a albergar para no perder ni un valioso centímetro cuadrado. Puede ser vital para que quepa la cama o un sofá cómodo en la zona de estar.
2. Ayúdate del mobiliario.
30 metros cuadrados no dan para muchos tabiques, pero los muebles pueden ser tus grandes aliados a la hora de separar espacios si sabes cómo distribuirlos. De hecho, debes pensar en el mobiliario tanto o más que en el resto de aspectos de la vivienda. Ayuda mucho dibujarlos sobre plano y probar opciones hasta dar con la más funcional.
Siguiendo con el mobiliario, apuesta por piezas versátiles que te den juego en varias zonas de la casa. Hay elementos que sin ser escamoteables, articulables y abatibles, pueden serte útiles en situaciones diversas. Por ejemplo, si en vez de mesillas de noche tradicionales colocas unos taburetes, podrás usarlos en la zona de estar o de comedor si algún día tienes visita. Un banco a los pies de la cama puede hacer esa misma función y te sirve además para dejar cojines y ropa por la noche. Un puf puede ser una mesilla auxiliar muy práctica, un reposapiés o un asiento más aún si cabe, con la ventaja de que cabe perfectamente debajo de la mesa de centro si eliges la adecuada.
Por último, apuesta por piezas de diseño ligeras y bien aprovechadas. En un piso de 30 metros cuadrados no hay lugar para sillones con reposabrazos anchos, grandes mesas de centro sin uso concreto o lámparas con grandes tulipas. Piensa en la utilidad de cada centímetro cúbico de cada mueble que metes en casa.
3. Almacenamiento, imprescindible para vivir cómodo.
No olvides el almacenamiento. Necesitarás un armario para la ropa, pero también sitio para guardar una aspiradora, el cubo de fregar, comida, menaje… no desaproveches cualquier oportunidad, como la que ofrecen, por ejemplo, los canapés, los altillos, los sofás con arcón o los recovecos que comentábamos antes.
4. Cuelga todo lo colgable. Piensa en 3D.
Si cuelgas la TV, por ejemplo, te quedará un valioso espacio en el mueble que pongas debajo para apoyar libros o las cosas que usas más a menudo. Con la instalación de apliques de pared, liberarás espacio sobre las mesillas de noche que podrás utilizar para apoyar más objetos de uso diario. Si cuelgas los muebles que lo admiten (TV, aparadores, estanterías…) ganarás m2 de suelo, al menos visualmente, lo que ayuda mucho a percibir los espacios más grandes de lo que en realidad son. Insistimos, cada centímetro cuadrado es valioso y no puede ser desperdiciado.
Siguiendo con esta premisa, si tienes altura suficiente, aprovecha los altillos para almacenar. Incluso, si son lo suficientemente altos, puedes instalar allí el dormitorio. No son muy cómodos, cierto es, pero te darán espacio muy útil.
5. La luz, tu gran aliada para multiplicar la sensación de amplitud.
Nada como una buena iluminación para conseguir que los espacios parezcan más grandes. Si potencias la luz natural y diseñas con cariño la artificial, tienes mucho ganado en tu mini piso.
Para potenciar la luz natural, evita las cortinas muy densas. Si necesitas oscurecer con ellas porque no tienes persianas, apuesta por una combinación de dos cortinas con diferentes opacidades (como en los hoteles).
También puedes multiplicar la luz con acabados claros (el blanco en las paredes es casi obligatorio). Si quieres dar un toque de color, hazlo en pequeñas piezas de mobiliario o en una pared muy concreta, como la del cabecero de la cama, por ejemplo. Los suelos claros y continuos también son clave. Si apuestas por un laminado de madera, por ejemplo, continúalo en la cocina y en el baño. Te ayudará a percibir el espacio como “menos compartimentado” y eso hace que parezca más grande.
Estas son ideas generales que seguro que te ayudan a tener un resultado mejor. Pero cada apartamento es un mundo y en estos casos conviene estudiar cada caso concreto para que el resultado sea exitoso. Si quieres que te echemos una mano, echa un vistazo a nuestros servicios o pídenos presupuesto.
Fuente: rderoom.es