Cuando nos planteamos el diseño de nuestro hogar, ya sea para una reforma o para la construcción de una vivienda desde cero, el tipo de suelo a elegir es uno de los mayores quebraderos de cabeza a los que tenemos que enfrentarnos. Existen multitud de materiales y apostar por uno u otro marcará el devenir del resto de la decoración.
¿Con cuál quedarnos entonces? La respuesta es más fácil de lo que piensas. Y es que, en materia de pavimentos, la madera sigue siendo el Rey en este aspecto. Pero dentro de la madera tenemos una amplia gama para elegir la que más se adecúe a nuestras necesidades.
Antes de decidirte por un tipo de madera u otro, deberás prestar atención al tamaño de la habitación en la que quieres instalarlo. Dependiendo del tipo de madera, el color puede variar y esto influye directamente en la sensación de espacio. Los tonos oscuros reducirán visualmente éstos mientras que las tonalidades más claras como el beige provocarán el efecto contrario.
En cuanto al diseño, podrás optar entre un suelo con líneas más finas propias del parqué u otro con líneas más gruesas, de modo que cada lama corresponda a una pieza de madera.
Además, la madera se caracteriza por ser un material de alta resistencia. La clasificación corresponde a la numeración AC + el número vinculado a su grosor (AC3, AC4, AC5…) Para las viviendas, el nivel AC3 suele ser suficiente. Los niveles superiores se dejan para zonas muy transitadas.
Y finalmente, el acabado dependerá del tipo de estilo con el que quieras impregnar tu vivienda. Pues optar por un acabado liso y suave, para ambientes más elegantes, y otro con una textura más en bruto, que aporte un toque más rústico o moderno.